La muy buena actuación de San Lorenzo de Almagro frente a Platense echó a tierra los fantasmas que habían aparecido en Entre Ríos.
El tempranero cabezazo de Gastón Hernández al gol recién comenzado el encuentro le dio al Ciclón la tranquilidad para hacerse dueño del partido.
Hubo sociedades interesantes, como por ejemplo la formada por Barrios, Fernández Mercau y Cerutti. Una defensa firme y un prefecto pressing producto del compromiso de cada uno de los dirigidos por Insúa, lo que posibilitó que Batalla no pasara sobresaltos.
Nada cambió en la segunda etapa. Sumó y mucho los ingresos de Giay por Martegani y Maroni en lugar de Barrios. Seguramente Rubén Insúa apostó al tándem Giay – Cerutti por derecha. Acertado, ya que a los 24´ Cerutti, Giay y Gattoni triangularon sobre el sector derecho del vértice del área grande del rival y al ingresar en la misma el defensor fue derribado. Penal y Cerutti que estiraba diferencias (le pidió el penal a Bareiro para romper la racha negativa).
A partir del dos a cero, San Lorenzo siempre estuvo más cerca del tercer gol que Platense del descuento.
Lo que a priori parecía un encuentro riesgoso, San Lorenzo se encargó de que así no sea en base a disciplina táctica, compromiso y solidaridad. El hincha se fue contento y conforme a la vez, sensaciones estas que no siempre van de la mano.